Cualquier tic-tac, cualquier ruido
-tentador como un demonio-
me susurra en el oído:
"Antonio, Antonio, Antonio..."
Y "Antonio, Antonio..." prosiguen
diciéndiome el sol, las flores,
las aguas que a mis pies siguen
sus cursos encantadores.
Y ese nombre me repite
con un dulcísimo acento
la canción que en sí transmite
el alarido del viento,
la luna, las estrellitas,
el alba, los ruiseñores,
las andantes nubecitas
y el "porqué" de mis amores.
Mis noches son sólo "Antonio"
"Antonio" es también mi día,
y tienen mis sueños todos
ese nombre -vida mía!-
Porque ese nombre, que es tuyo,
me enloquece, me apasiona,
es mi alegría y mi orgullo...
me lo he puesto por corona!
Fe López-Mingo
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