Cierra tu ventana

A las cuatro y media
cierra tu ventana,
no te dé el relente
de la madrugada.

Que yo sé, mi vida,
que en horas tan bajas
y, estando dormida,
el aire te daña.

Salta pues del lecho,
lentamente avanza...
y entre musa y sueños
cierra tu ventana.

Si yo fuera el aire
que roza tu cara
te daría un beso...
al rayar el alba.

Si fuera el rocío
que la aurora ablanda,
pondría en tus ojos
dos gotas de agua;
las convertiría
en ardientes lágrimas
y permitiría
que tu faz surcaran,
mojaran tus labios
y bebieran tu alma
con la sed que tengo
de alcanzar tu estampa.

Si pudiera el viento
cederme sus alas,
con el volaría...
y entraría en tu casa
sólo por el hecho
de en la madrugada
a las cuatro y media
cerrar tu ventana,
que yo sé, mi vida,
que el aire te daña.

Fe López-Mingo

1 comentario:


  1. Siempre la he escuchado decir: "Cuando me muera, ya haréis con todos esos papeles lo que os dé la gana: leerlos, publicarlos o tirarlos a la basura". Y en esa frase siempre me ha parecido que había algo que, por encima de todo, no habría yo de cumplir: no he esperado tanto, por muchos motivos. El más práctico y menos sentimental es sencillamente poder hablar de tú a tú con la autora de qué hay en esos papeles. Y además para ella es un placer compartir sus poemas más allá de su familia. Para mí también es algo especial que haré con orgullo, recordando, reconociendo, descubriendo, sorprendiéndome...

    Mi madre hace cincuenta años hubiera escrito un blog, de hecho tiene muchos pendientes en papel y, al ir a desempolvarlos, he visto que son limpios y luminosos...

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