Abre los ojos,
"mi dormilón"
que la Lunita
ya se escondió
Y en el levante
con su esplendor
y su alegría
se asoma el Sol
para posarse
lleno de amor
sobre tu frente...
"mi dormilón".
Abre los ojos,
que amaneció,
que un nuevo día
nos dio el Señor
y hay de vivirlo
la obligación.
Un día nuevo
ya terminó.
¡Oh, niño mío!
toma mi amor;
dame tu boca,
clavel en flor,
para besarla
con ilusión...
Cierra los ojos,
mi dormilón,
que la campana
toca oración
y en el poniente
se oculta el Sol.
Fe López-Mingo
P.D:
He de decir que este poema no está hecho a propio intento para mi hijo Francisco. Lo escribí cuando iba a nacer mi hermana Rosario (a la cual llevo quinece años de edad) pues yo tenía ilusión por un hermanito. No sé por qué yo siempre preferí los niños... y miren: yo tengo cuatro. Los tres primeros de los poemas que presento seguidamente los compuse para ellos cuando ya había nacido también mis hijos Antonio Miguel y Jorge Carlos; sólo faltaba por venir el pequeño, Jesús, a quien hoy hago mi dedicatoria, así como a sus tres hermanos.
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